martes, 23 de octubre de 2007

ESBOZO CRÍTICO AL CONCEPTO DE SUJETO DE LA POSMODERNIDAD

CÓMO GANAR AMIGOS E INFLUIR SOBRE LAS PERSONAS.


La precariedad del individuo es el punto de partida de muchas posturas del posmodernismo, pues no por nada, al igual que los defensores de la modernidad en su faceta más plana, más que referirse a individuo, hablan de “sujeto”, de alguien sujeto a las circunstancias, de alguien que padece las circunstancias, en esencia, hablan de una víctima, y para más señas, de una víctima camaleónica.

Para Lyotard, el gran teórico de la posmodernidad, y al igual que otros pensadores contemporáneos, además de referirse a un sujeto cambiante, hacen referencia a unas circunstancias inciertas, indefinibles, oscuras y avasalladoras, en fin, de un medio, aun más hostil, para la víctima que padece las inmisericordias de la indeterminación abstracta y polivalente, sin que haya posibilidad de cambio.

En ese orden, la posmodernidad, en su faceta más teórica y menos autocrítica, desbocada por la elocuencia y los juegos de palabras, aborda la existencia humana desde la ironía y como resultado de las acciones aparentemente abstractas del sistema sobre los individuos, generando en ellos una confusión indescriptible y paralizante, que deja espacio únicamente para el hedonismo, y su subproducto actual, el consumismo a escala masiva y depredadora.

Todo se reduce a una plena y sumisa adaptación al sistema, olvidando así las complejidades del ser humano; todo ello pareciera ser un himno al hombre sin atributos, al zombie posmoderno, a aquel del que habló con cursilería hipertrófica y extraña visión premonitoria, el precursor de la autosuperación, Dale Carnegie, en 1936, en su Best-Seller “Cómo Ganar Amigos e Influir Sobre las Personas”.

Rodolfo López

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy feliz fin de año para todos. Miren este video bacano de Coca Cola http://bit.ly/MomentosMagicos