Supongo que las lecturas, fotos y videos ya han hablado suficiente de la obra concreta de los pedronelistas; sin embargo, detrás de esos textos, esas imágenes, esas entrevistas, queda una sensación de reivindicación socio cultural por parte del artista que forma parte de este movimiento; cosas como el muralismo al fresco reinterpretado (Pedro Nel Gómez), la exaltación del campesino (Alipio Jaramillo), la pintura contestataria y grotesca (Débora Arango), o la síntesis y la contradicción iconográfica (Carlos Correa), entre otros, nos hace ver un interés por explorar un arte nacional a través de elementos universales, que reinterpretados y apropiados, hacen parte de esa nueva forma de expresión artística.
Igualmente, en el fondo de la palabras de Pedro Nel Gómez y en la profundidad de su prolífica y prolija obra mural, se manifiesta gran parte de ese ánimo reinvindicativo que ya se ha mencionado, sólo que ahora, traducido en la individualidad del artista íntegro que se deja ver gracias a la acción, a la práctica, a la disciplina, a la formación, a la dedicación… No hay mejor discurso que el de la acción, que se manifiesta en el oficio del artista y en las obras que deja como legado.
En Pedro Nel Gómez, se evidencia ese ambiente de amor por el oficio, que más que un ánimo de artesano, sin descartarlo, deja ver como la acción constante, la búsqueda disciplinada en terrenos técnicos y temáticos, forman parte de la misma obra que enriquece a su creador y a quien la observa e interpreta.
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