jueves, 16 de agosto de 2007

Comentario sobre La película Cóndores no entierran todos los días.

El conflicto armado en Colombia ha sido un fenómeno constante durante gran parte de nuestra historia, mudando, pero sin encontrar solución, ayer federalistas contra centralistas, después conservadores contra liberales, hasta desembocar en el conflicto actual, entre una guerrilla que ha renunciado a un discurso ideológico cegados por el odio y el maridaje con el narcotráfico y un Estado que le apunta a una solución armada, que pretende la confrontación y no el dialogo.
Porque no ha encontrado solución, porque se ha alimentado de fallas estructurales y profundas de nuestro Estado, que no han encontrado respuesta adecuada después de tanto tiempo, donde los buenos no son tan buenos, y los supuestos malos no son los únicos responsables que el país no ande mal. Como diría un historiador francés, la guerra ha sido utilizada como instrumento para acceder al poder o mantenerlo, es decir, esta guerra ha sido beneficiosa para algunos que se lucran con ella, y que no les interesa que llegue a su fin, podríamos decir que nuestro conflicto es la demostración palpable de nuestra dificultad y ineptitud para poder resolver nuestros problemas de una forma pacifica y dialogada.
Podemos ahora desembocar en la época histórica en la que se desarrolla la película cóndores, la confrontación entre el partido liberal y el conservador, conocida como la época de la violencia, en donde la irracionalidad llegó a tal punto que en poblaciones como Chiquinquirá existían como fronteras imaginarias, que dividían la parte que le correspondía a los militantes de cada partido, y si alguno del partido contrario la llegaba a cruzar, se atenía a las consecuencias, la perdida posible de su vida, mientras los lideres de nuestros gloriosos partidos, tomaban Whiskey, en exclusivos clubes sociales, mientras sus copartidarios se mataban por un trapo rojo o azul, y para que, para que los mismos de siempre se repartieran privilegios y puestos como grandes amigos, aquí podemos acudir a las palabras del historiador Daniel Pecaut ´´ una de las principales causas de la violencia en Colombia, es la ausencia de verdadera política, lo que ha predominado en Colombia es la politiquería, la utilización de la política para llegar o mantener el poder para el propio beneficio´´ .

Para finalizar nuestro comentario sobre la película podemos citar las siguiente párrafo proferidas por el historiador Jaime Nieto Zuluaga ´´ pero la guerra que se abate sobre las ciudades como una tragedia inevitable, solo se justifica éticamente cuando el recurso a la violencia es el mínimo indispensable par alcanzar los fines de transformación y no provoque a la sociedad males peores de los que buscan superar. No es este el caso colombiano, décadas de conflicto armado generaron más problemas que aquellos que justificaron el acceso a ella´´.

FRANCISCO SALAMANCA.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Quizá, lo peor de la política nacional es que no existe, lo que se hace aquí nunca ha sido ni es política, bien lo dice Pecaut, es politiquería, cuyas consecuencias, entre otras, son los grupos armados de lado y lado cuya carnada es el campesino desarmado, confundido y desarraigado. Cóndores es un excelente ejemplo de dicha situación, pues cuando la política es un remedo, acarrea toda una serie de actos inmorales, que hoy por hoy, en vista del recambio de la ideología por el amor al dinero, se impregna de sed de lucro económico a cómo dé lugar.