EL ARTE EN LA ERA DE LOS CIEGOS
De: Andrés Gaitan Tobar
CAPITULO II – ARTE Y POLITICA
Las obras que surgen en este tiempo, no son más que el reflejo de la misma realidad. Las escenas violentas que cotidianamente se repiten han vuelto insensible, indiferente y sin conciencia a la gran mayoría de nosotros.
Por esta razón los intelectuales y los artistas entre otros son en gran parte responsables y concientes de su compromiso con la sociedad.
El artista al ser conciente de las circunstancias violentas, donde los valores, la moral, la solidaridad han convertido al ser humano en un blanco y un objeto de muerte “el cuerpo como una cosa inerte” han ido desarrollando un arte comprometido; un arte que sensibilice y despierte conciencia en aquellos que no saben ver o que simplemente no quieren ver .
Cada uno a su manera estructura un lenguaje de imágenes que comunica de manera activa el pensamiento y planteamientos de ese ser sensible; estas imágenes deben trascender y cuestionar al observador y puede decirse que por la crudeza de sus planteamientos las obras llegan a tener carácter político.
Las obras que llegan a conmover y estremecer al observador son aquellas que realmente comunican, son el abrir de ojos porque debemos estar despiertos ante la realidad que vivimos.
El artista siente y se conmueve con mucha mas facilidad y expresa en sus obras de manera creativa lo que piensa de esas situaciones, siendo un creador de imágenes, un cultivador del espíritu, un ser que se ha formado con principios estéticos y plásticos, innova en propuestas y para ello se cuestiona, investiga no solo a nivel de técnicas sino intelectualmente pues uno de los objetivos claros del artista es encontrar esa fuerza desestabilizadora que conmueva, esta es la verdadera esencia del artista, Un ejemplo claro es Marcel Duchamp con el orinal como una fuente.
Los artistas poseen estas herramientas: la investigación, los hechos políticos concretos, el entorno político, y la violencia como punto de partida y ante esto también podemos citar las matanzas de Quio-Delacroix, los fusilamientos del 3 de mayo de Goya, el Guernica de Picasso, infiltración homogénea para un piano de Josef Beuys.
Los conflictos hacen parte de lo esencial de la naturaleza humana; se destacan artistas como Bárbara Kruger con el poder de las Mass media.
Cristian Boltansky y Hans Haacke (memoria notable sobre el holocausto nazi)
Michael Rovner y la guerra del golfo y la doble moral cristiana en EEUU.
A partir de 1948 en Colombia son innumerables los artistas que trabajan eligiendo al cuerpo como metáfora de la realidad nacional y surge por la situación que vivimos, torturas, masacres, atentados, desaparecidos, secuestrados , desplazados, etc.…son entre otros Obregón, Carlos Granada, Pedro Alcántara, Luís Caballero, Débora Arango.
Fotografías de Alberto Baraya “ el cuerpo como cosa de corte antropófago “, cubos de madera talados de Carmen Alvarado quien rescata la memoria de las bombas, Patricia Bravo, Rodrigo Facundo, desde el punto fúnebre imágenes como fosas, Delcy Morelos con ríos de sangre.
Estas obras plantean nuevas realidades, y con esas maneras de ver revolucionan, sensibilizan, atraen al público, como de alguna manera apacigua con su trabajo, despierta en el observador la inquietud de cambiar frente a esa realidad que nos invade.
JUAN MANRIQUE S.
De: Andrés Gaitan Tobar
CAPITULO II – ARTE Y POLITICA
Las obras que surgen en este tiempo, no son más que el reflejo de la misma realidad. Las escenas violentas que cotidianamente se repiten han vuelto insensible, indiferente y sin conciencia a la gran mayoría de nosotros.
Por esta razón los intelectuales y los artistas entre otros son en gran parte responsables y concientes de su compromiso con la sociedad.
El artista al ser conciente de las circunstancias violentas, donde los valores, la moral, la solidaridad han convertido al ser humano en un blanco y un objeto de muerte “el cuerpo como una cosa inerte” han ido desarrollando un arte comprometido; un arte que sensibilice y despierte conciencia en aquellos que no saben ver o que simplemente no quieren ver .
Cada uno a su manera estructura un lenguaje de imágenes que comunica de manera activa el pensamiento y planteamientos de ese ser sensible; estas imágenes deben trascender y cuestionar al observador y puede decirse que por la crudeza de sus planteamientos las obras llegan a tener carácter político.
Las obras que llegan a conmover y estremecer al observador son aquellas que realmente comunican, son el abrir de ojos porque debemos estar despiertos ante la realidad que vivimos.
El artista siente y se conmueve con mucha mas facilidad y expresa en sus obras de manera creativa lo que piensa de esas situaciones, siendo un creador de imágenes, un cultivador del espíritu, un ser que se ha formado con principios estéticos y plásticos, innova en propuestas y para ello se cuestiona, investiga no solo a nivel de técnicas sino intelectualmente pues uno de los objetivos claros del artista es encontrar esa fuerza desestabilizadora que conmueva, esta es la verdadera esencia del artista, Un ejemplo claro es Marcel Duchamp con el orinal como una fuente.
Los artistas poseen estas herramientas: la investigación, los hechos políticos concretos, el entorno político, y la violencia como punto de partida y ante esto también podemos citar las matanzas de Quio-Delacroix, los fusilamientos del 3 de mayo de Goya, el Guernica de Picasso, infiltración homogénea para un piano de Josef Beuys.
Los conflictos hacen parte de lo esencial de la naturaleza humana; se destacan artistas como Bárbara Kruger con el poder de las Mass media.
Cristian Boltansky y Hans Haacke (memoria notable sobre el holocausto nazi)
Michael Rovner y la guerra del golfo y la doble moral cristiana en EEUU.
A partir de 1948 en Colombia son innumerables los artistas que trabajan eligiendo al cuerpo como metáfora de la realidad nacional y surge por la situación que vivimos, torturas, masacres, atentados, desaparecidos, secuestrados , desplazados, etc.…son entre otros Obregón, Carlos Granada, Pedro Alcántara, Luís Caballero, Débora Arango.
Fotografías de Alberto Baraya “ el cuerpo como cosa de corte antropófago “, cubos de madera talados de Carmen Alvarado quien rescata la memoria de las bombas, Patricia Bravo, Rodrigo Facundo, desde el punto fúnebre imágenes como fosas, Delcy Morelos con ríos de sangre.
Estas obras plantean nuevas realidades, y con esas maneras de ver revolucionan, sensibilizan, atraen al público, como de alguna manera apacigua con su trabajo, despierta en el observador la inquietud de cambiar frente a esa realidad que nos invade.
JUAN MANRIQUE S.
1 comentario:
Sin embargo, el componente político del arte no solamente se refiere a episodios o fenómenos impactantes relacionados con la violencia explícita, sino también, hace referencia al modus vivendi de su época; detrás de la documentación de un acontecimiento de violencia directa o explícita, está el ancho universo de la crítica integral a la sociedad y sus formas de vida, por decirlo de algún modo. En ese orden, una obra documental, en algunos casos, no es sólo una obra documental, sino una crítica al fenómeno documentado y a sus causas, consecuencias y acontecimientos "ambientales". Siendo así, el arte comprometido no es solamente el que habla directamente de uno o muchos de los componentes de la crísis humana permanente y creciente, sino aquel que desestabiliza, aquel que moviliza algo, sin embargo, sin necesidad de caer en el facilismo, la vulgaridad y el sello de marca.
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