miércoles, 11 de julio de 2007

(A propósito de Miguel Huertas)

EL ÁMBITO POLÍTICO EN LA VIDA Y OBRA DE MIGUEL HUERTAS.

A propósito del foro de discusión en esferapública respecto a la obra Ámbitos de Miguel Huertas, me es inevitable ripostar algunos argumentos y rebatir otros, debido a que se me ha facilitado tener una relación directa con el Maestro Huertas en el contexto académico de la Especialización en Educación Artística Integral de la Universidad Nacional. Si bien la discusión del mencionado foro se ha centrado en el aspecto político (que a ojos de Miguel Huertas, nada tiene que ver con ideologías, partidos o cosas parecidas, sino más con una actitud íntegra frente a la vida), yo quisiera virar un poco hacia el lado de la práctica artística, sin abandonar la faceta política del arte realizado consciente y críticamente.

Me sirve de ayuda la exposición Superficies Sensibles, la cual se llevó a cabo en el Museo de Arte de la Universidad Nacional durante el mes de Abril del presente año, la cual, en esencia, es un tras escena del recorrido artístico del Maestro Huertas, y en la cual se explicita la preponderancia de la acción en la práctica artística y en la vida, y cómo dicha acción se traduce en un proceso que puede o no ser efectivo para ciertos cometidos que cada quien visualiza, o en el peor de los casos: que la sociedad consumista del monetarismo librecambista, impone a cada ser humano sin distinción alguna. En las obras que componen la exposición Superficies Sensibles, se manifiesta la huella de lo inacabado, de lo cotidiano, de los dedos y roces que dejan su rastro sobre el papel o la tela que sirve como soporte para el dibujo; en cada obra está la huella del artista, se ve el error, lo inconcluso, el trazo seguro o el dubitativo, la experimentación con la superficie y lo que la dibuja, la indefinición, la ausencia de temática formal o ideológica… tan sólo se ve la huella de la acción, no por nada Miguel dice: “Cuando no se le ocurra nada qué hacer, haga”. Por eso también, el Maestro Huertas no cree en la inspiración, cree en la acción, que se encuentra motivada por la sensación y el pensamiento.

En una sociedad que premia la efectividad y castiga la duda y el error, en una sociedad que se obsesiona por el resultado efectivo, medible, comercializable e intercambiable, la obra de Miguel Huertas constituye una crítica fundamental y generalizada a todo aquello que la conforma; por eso, tal vez, Miguel nos hace saber respecto a su contrariedad en cuanto a los requisitos para la presentación previa de su proyecto Ámbitos, con el fin de que le fuera asignado el espacio (temporal, pues de sobra se sabe que se expone en la Galería Santafé) y el presupuesto, que según la institución, requería su obra; pues si la obra del artista se define por medio de la acción y esta mediante el proyecto, el mismo sentido de proyecto entra en contradicción con los requerimientos para la presentación de una obra como la del Maestro Huertas en el contexto formal del Premio Luis Caballero; él decía “le piden a uno prácticamente un catálogo de la obra, con un esquema de montaje, número y tipo de piezas, contenido de cada una, y cosas así por el estilo… imposible” por eso, su presentación previa del proyecto, fue más el concepto y el tipo de cosas que estaba haciendo para presentar en la Galería Santafé.

El “resultado” de ámbitos, es sencillamente sobrecogedor, y hablan de él muy bien los dos primeros comentarios en el foro de Esfera Pública; realmente es una obra que genera ámbitos, tanto temporales como sensoriales y espaciales dentro de la misma galería Santafé, y a su vez, es una obra que está totalmente ligada al sitio, pues fuera de ese lugar y sin las condiciones con las cuales contó durante la exposición en el planetario, sería algo insignificante y desconcertante, y sobre todo, obviamente, fuera de lugar; sencillamente, es una obra que pertenece al lugar (la Galería Santafé, el Planetario y el Parque de la Independencia) y a su vez, plantea una reflexión profunda respecto a lo que es una obra en sí, y al espacio en el cual de expone.

Así que dejando a un lado las erróneas interpretaciones de lo político en el arte, me parece más enriquecedor y más relajado, hablar de Ámbitos a través la perspectiva de la práctica artística desde la acción consciente y constante, lo cual, como ya lo mencioné, no renuncia al factor político que convoca, siendo dicho aspecto político, tratado desde una visión amplia de sí mismo a través de una crítica, si no explícita, si constante y generalizada para con la sociedad en la cual vivimos.

Rodolfo López

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