Diego Gómez docente del diplomado, propone para iniciar esta charla el socializar las lecturas propuestas dentro de este primer ciclo de reflexiones sobre la violencia y la forma como fue asumida por los artistas plásticos nacionales en este contexto.
Pedro Ramírez (estudiante) comienza diciendo que su lectura hace referencia a la manera como tanto la clase política dominante, ejército e iglesia han impuesto sus criterios sobre el pensamiento de las personas. A pesar de ello, algunos artistas han asumido la crítica y han señalado su inconformismo acerca de la sociedad violenta en la que les ha tocado vivir.
Cristina Suárez (estudiante) dice que en referencia a los videos y en particular con el de Débora Arango, se puede hablar de la existencia de una situación de persecución y discriminación al papel de la mujer como artífice de la sociedad.
Marcelo Vásquez (estudiante) afirma que los textos se refieren exclusivamente a la violencia suscitada a partir de 1948. Pero que sin duda la violencia va más allá. Incluso en la época del descubrimiento, la conquista, la colonia, independencia, república y finalmente hasta la actualidad, en todas las épocas de Colombia, ésta violencia se ha visto reflejada.
Pedro Ramírez (estudiante) percibe que los olvidados y marginados han sido los artistas plásticos, pues incluso comparativamente con otras artes como por ejemplo la danza y la música, estas reciben un mayor apoyo y promoción estatal e institucional.
Diego Gómez (docente) asevera que el acceso al arte y la dificultad de las personas de acercarse al mismo han cambiado radicalmente a través de los tiempos. Solicita evitar los lugares comunes y centrar la conversación en las lecturas dadas.
Juan Silva (estudiante) departe sobre la importancia del audiovisual apreciado el día de hoy, y dice que éste muestra a los artistas pertenecientes a esta época y que fueron realmente comprometidos con su entorno social.
Rosalba Velasco (estudiante) reseña su lectura, la cual trata sobre artistas como Alonso Quijano, Luis Caballero, Alejandro Obregón, Juan Cárdenas, Germán Londoño y Víctor Laignelet entre otros, los cuales plasmaron de una manera atroz y con imágenes fuertes las perversidades cometidas en el transcurso de esta época.
Claudia Hernández (estudiante) habla del arte del siglo XX en Colombia y la preocupación de los artistas plásticos de la época por la muerte.
Por otra parte Hernando Castro (estudiante) habla particularmente de cinco artistas. Obregón, Grau, Alipio Jaramillo, Pedro Nel Gómez y Sonia Gutiérrez. Afirma que estos resaltaron positivamente el valor de las autodefensas. Subraya como ejemplo a Pedro Nel Gómez, quien pintó mujeres desnudas, las cuales enfrentan valientemente la violencia. Sonia Gutiérrez pinta a la gente con chalecos, con el fin de defenderse de los victimarios.
María Inés Manrique (estudiante) trae el tema del desmembramiento en artistas como Alonso Quijano, Jorge Rivera y Débora Arango, como una forma simbólica de representar la muerte y la misma situación de la nación.
Cristina Suárez (estudiante) se refiere a la violencia y su interpretación del dolor colectivo.
Diego Gómez (docente) advierte acerca de las percepciones que pueden generar ciertas obras, calificadas como fuertes o agresivas, llamando la atención, que resultan justamente percepciones y que dentro de las posibilidades que brinda el lenguaje artístico, reside una en especial y es la relacionada con plasmar por fuera de los códigos socialmente establecidos, carácter que le brinda a las obras su carácter trasgresor, que no debe ser confundido con imágenes violentas.
Nelson Garzón (estudiante) especifica sobre la obra de Álvaro Barrios. La funcionalidad debe ser clara en la obra de arte y exorcizar la violencia de su entorno de alguna manera. El artista es constructor de paz. Resalta la obra de María Fernanda Cardozo y su simbolismo con animales muertos. La sensibilidad del artista pretende expresar sentimientos.
Pedro Ramírez (estudiante) comienza diciendo que su lectura hace referencia a la manera como tanto la clase política dominante, ejército e iglesia han impuesto sus criterios sobre el pensamiento de las personas. A pesar de ello, algunos artistas han asumido la crítica y han señalado su inconformismo acerca de la sociedad violenta en la que les ha tocado vivir.
Cristina Suárez (estudiante) dice que en referencia a los videos y en particular con el de Débora Arango, se puede hablar de la existencia de una situación de persecución y discriminación al papel de la mujer como artífice de la sociedad.
Marcelo Vásquez (estudiante) afirma que los textos se refieren exclusivamente a la violencia suscitada a partir de 1948. Pero que sin duda la violencia va más allá. Incluso en la época del descubrimiento, la conquista, la colonia, independencia, república y finalmente hasta la actualidad, en todas las épocas de Colombia, ésta violencia se ha visto reflejada.
Pedro Ramírez (estudiante) percibe que los olvidados y marginados han sido los artistas plásticos, pues incluso comparativamente con otras artes como por ejemplo la danza y la música, estas reciben un mayor apoyo y promoción estatal e institucional.
Diego Gómez (docente) asevera que el acceso al arte y la dificultad de las personas de acercarse al mismo han cambiado radicalmente a través de los tiempos. Solicita evitar los lugares comunes y centrar la conversación en las lecturas dadas.
Juan Silva (estudiante) departe sobre la importancia del audiovisual apreciado el día de hoy, y dice que éste muestra a los artistas pertenecientes a esta época y que fueron realmente comprometidos con su entorno social.
Rosalba Velasco (estudiante) reseña su lectura, la cual trata sobre artistas como Alonso Quijano, Luis Caballero, Alejandro Obregón, Juan Cárdenas, Germán Londoño y Víctor Laignelet entre otros, los cuales plasmaron de una manera atroz y con imágenes fuertes las perversidades cometidas en el transcurso de esta época.
Claudia Hernández (estudiante) habla del arte del siglo XX en Colombia y la preocupación de los artistas plásticos de la época por la muerte.
Por otra parte Hernando Castro (estudiante) habla particularmente de cinco artistas. Obregón, Grau, Alipio Jaramillo, Pedro Nel Gómez y Sonia Gutiérrez. Afirma que estos resaltaron positivamente el valor de las autodefensas. Subraya como ejemplo a Pedro Nel Gómez, quien pintó mujeres desnudas, las cuales enfrentan valientemente la violencia. Sonia Gutiérrez pinta a la gente con chalecos, con el fin de defenderse de los victimarios.
María Inés Manrique (estudiante) trae el tema del desmembramiento en artistas como Alonso Quijano, Jorge Rivera y Débora Arango, como una forma simbólica de representar la muerte y la misma situación de la nación.
Cristina Suárez (estudiante) se refiere a la violencia y su interpretación del dolor colectivo.
Diego Gómez (docente) advierte acerca de las percepciones que pueden generar ciertas obras, calificadas como fuertes o agresivas, llamando la atención, que resultan justamente percepciones y que dentro de las posibilidades que brinda el lenguaje artístico, reside una en especial y es la relacionada con plasmar por fuera de los códigos socialmente establecidos, carácter que le brinda a las obras su carácter trasgresor, que no debe ser confundido con imágenes violentas.
Nelson Garzón (estudiante) especifica sobre la obra de Álvaro Barrios. La funcionalidad debe ser clara en la obra de arte y exorcizar la violencia de su entorno de alguna manera. El artista es constructor de paz. Resalta la obra de María Fernanda Cardozo y su simbolismo con animales muertos. La sensibilidad del artista pretende expresar sentimientos.
Relatoría realizada por
RUBÉN DARÍO MONROY TORRES
RUBÉN DARÍO MONROY TORRES
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