Esta época está comprendida entre 1930 y 1974. Se caracteriza por luchas callejeras y entre vecinos de los partidos liberal y conservador, contando en algunos casos con el apoyo de las autoridades, la iglesia y partidarios del gobierno. Según el autor del texto El arte y la violencia bipartidista[1], a finales de los cuarenta y los cincuenta ocurrieron algunas masacres; pero la fecha de vital trascendencia en la historia de Colombia fue el 9 de abril y todos los hechos de violencia que se desataron con la muerte de Jorge Eliecer Gaitán, de los cuales dan cuenta el grabador Alfonso Quijano en un proyecto de xilografías, entre las que sobresale una titulada La Cosecha de los violentos, y algunas obras de Luís Caballero.
Fueron muchos los artistas que, conmovidos por los hechos de violencia que estaban ocurriendo, no pudieron quedarse como simples observadores, sino que plasmaron en sus obras aquellos sentimientos de rechazo o de denuncia por lo que estaba sucediendo. Entre ellos figuran:
Alejandro Obregón 10 de abril,
Marco Ospina Díptico de La violencia,
Alfonso Quijano La cosecha de los violentos,
Pedro Nel Gómez Le incendiaron el rancho, que hace parte de una serie llamada Recuerdos de la violencia.
Enrique Grau El tranvía incendiado,
Ignacio Gómez La Furia y el dolor
Y muchos otros artistas que a lo largo de la historia de Colombia siempre han sentado, de alguna manera su voz de protesta ante los hechos violentos.
No solamente los artistas plásticos se conmovieron con estos hechos; también lo hicieron los escritores con obras muy importantes, como:
Santiago García con una obra de teatro titulada Guadalupe años 50
Eduardo Caballero Calderón Lo que el cielo no perdona
Daniel Caicedo Viento seco
Algunos de estos escritores tuvieron que salir del país por amenazas de aquellos que no estaban interesados en que se supiera la verdad de los hechos.
Con los artistas plásticos no ocurre lo mismo que con los escritores, porque, en primer lugar, sus obras no fueron expuestas inmediatamente; en segundo lugar, las pocas expuestas solo fueron conocidas en un ámbito muy estrecho. Además, los medios de comunicación no prestaban la misma atención al arte plástico que al de los escritores, por lo cual el de aquellos resultaba casi ignorado. Al respecto, sería útil comparar la manera como se presentaban los salones de esos artistas con el modo actual.
[1] MEDINA A. (1999) El arte y la violencia bipartidista en Arte y Violencia en Colombia , Mambo págs. 20-29.
Maria Inés Manrique Moreno
Fueron muchos los artistas que, conmovidos por los hechos de violencia que estaban ocurriendo, no pudieron quedarse como simples observadores, sino que plasmaron en sus obras aquellos sentimientos de rechazo o de denuncia por lo que estaba sucediendo. Entre ellos figuran:
Alejandro Obregón 10 de abril,
Marco Ospina Díptico de La violencia,
Alfonso Quijano La cosecha de los violentos,
Pedro Nel Gómez Le incendiaron el rancho, que hace parte de una serie llamada Recuerdos de la violencia.
Enrique Grau El tranvía incendiado,
Ignacio Gómez La Furia y el dolor
Y muchos otros artistas que a lo largo de la historia de Colombia siempre han sentado, de alguna manera su voz de protesta ante los hechos violentos.
No solamente los artistas plásticos se conmovieron con estos hechos; también lo hicieron los escritores con obras muy importantes, como:
Santiago García con una obra de teatro titulada Guadalupe años 50
Eduardo Caballero Calderón Lo que el cielo no perdona
Daniel Caicedo Viento seco
Algunos de estos escritores tuvieron que salir del país por amenazas de aquellos que no estaban interesados en que se supiera la verdad de los hechos.
Con los artistas plásticos no ocurre lo mismo que con los escritores, porque, en primer lugar, sus obras no fueron expuestas inmediatamente; en segundo lugar, las pocas expuestas solo fueron conocidas en un ámbito muy estrecho. Además, los medios de comunicación no prestaban la misma atención al arte plástico que al de los escritores, por lo cual el de aquellos resultaba casi ignorado. Al respecto, sería útil comparar la manera como se presentaban los salones de esos artistas con el modo actual.
[1] MEDINA A. (1999) El arte y la violencia bipartidista en Arte y Violencia en Colombia , Mambo págs. 20-29.
Maria Inés Manrique Moreno
1 comentario:
Una pequeña observación.
La obra de Alejandro Obregón no se llama "10 de Abril" sino "Masacre 10 de Abril".
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